El encargo era ampliar unas naves industriales de baja calidad y bastante antiguas, para albergar un espacio de trabajo con una interesante dualidad; unos operarios rudos y fuertes empleando unas herramientas básicas y casi rudimentarias para producir y fundir esculturas de gran tamaño y superficies pulidas, brillantes y de maravillosas y a menudo imposibles formas, ideadas por la mente de prestigiosos escultores de ámbito internacional.
El diseño de este espacio industrial que convierte y funde toneladas de hierro para crear joyas escultóricas no debe basarse únicamente en sus necesidades técnicas, de volumen o distribución de los elementos de trabajo. Las características del entorno construido pueden tener importantes efectos en los estados de ánimo y comportamiento de los usuarios, e influir positivamente para estimular nuestra mente y cuerpo para una mejor percepción de la belleza, para una mayor producción creativa, para incrementar la motivación y el rendimiento, así como el mimo y cariño en el detalle y acabado final de las piezas.
Por ello se decide dignificar este espacio industrial, convirtiéndolo en algo sagrado; “la cúpula”, un espacio abovedado de 12 metros de altura (que está demostrado que estimula el pensamiento creativo) y con grandes superficies iluminadas como los antiguos lofts de los muelles neoyorkinos y luz natural y cenital para no distorsionar las superficies y los tonos del material. Un altar que pone en valor el trabajo a golpe de martillo que hay detrás de la fundición de una hermosa escultura.
FUNDICIÓN DE ESCULTURAS
Arquitecto: i! arquitectura [idoia otegui]
Cliente: FADEMESA
Superficie: 430,00m2
Pem: 256.790,00€
Estado: Obra Terminada Octubre 2015