Dentro de nada, pasado mañana, 9.000 millones de personas en el planeta (el 80%) vivirán en las ciudades, y por tanto estas urbes tienen la responsabilidad de aprovechar toda esa bolsa de superficie construida existente, y ponerla en valor, en lugar de destruirla para construir de nuevo.
Con este proyecto en la calle Francisco Silvela 30 de Madrid, queremos ser coherentes con este nuevo paradigma y responsables con todo el patrimonio que hay que cuidar, renovar, rehabilitar y mantener.
Una serie de construcciones se habían ido adosando al edificio principal de viviendas, formado desordenados espacios destinados a colocar improvisadamente nuevas instalaciones y a almacenar trastos y mueves abandonados por los vecinos. Nuestra intervención propone rehabilitar estos espacios, en lujar de demolerlos, uniéndolos, unificándolos y ordenándolos en torno a dos patios, para devolver m2 inutilizables para uso de la comunidad, tanto para ordenar los espacios de las instalaciones, como para crear otros nuevos de trasteros comunitarios, cuartos de limpieza y basuras, así como crear un nuevo espacio de reuniones de la comunidad o para otro tipo de usos.
Parece un proyecto menor, pero cuando la escala es pequeña el reto es mayor, y de escaso valor arquitectónico, pero durante su desarrollo descubrimos la riqueza en la crudeza de los materiales que dejamos vistos, y la belleza de sus múltiples y espontaneas asociaciones.
Arquitecto: idoia otegu! (PO2 arquitectos)
Cliente: Comunidad Francisco Silvela 30
Superficie: 76,80m2
Pem: 25.830,41€
Estado: Obra terminada 2.015